Contáctanos

Sicom opina con...

Andando A Pie | Es tiempo que la muerte y la vida se reúnan

Publicado

Sicom Opina Con… Andrea del Pilar Casco Meneses

En el Barrio de la Luz, el aire comienza a anunciar que es tiempo de que la muerte y la vida se reúnan como año tras año y por eso se trabaja a marchas forzadas para la elaboración de sahumerios y candeleros. 

Se trata de la asociación de alfareros del Barrio de la Luz, parientes todos, actualmente 15 hombres cabeza de familia laboran día y noche para continuar con la tradición, como se los enseñaron sus antepasados. 

Don Arturo López de 65 años, el guía hoy en día, los sobrinos y nietos siguen su ejemplo, no sólo del moldeado, el detalle, el calado, el secado o cocimiento, pasos para que una de estas piezas esté lista, también aprenden a laborar con los valores puestos en la cabeza y en el corazón; la familia siempre estará antes que el negocio, así desde hace ocho generaciones. 

Eduardo Guerra es la séptima, con 24 años, él es uno de los encargados de moldear los sahumerios, puede estar frente al torno en una postura incomoda durante cinco o seis horas. 

Eduardo Guerra, artesano:

  “Ahorita en el torno estoy moldeando, estoy haciendo la pieza del sahumado o sahumerio, es el primer paso que se le da a la pieza, cada pieza es única y le doy mi toque personal”.

La tradición marca que el humo es producto de una transformación de la materia, mismo que al elevarse aleja energías negativas y provoca que la armonía llegue, mientras que la luz del fuego de las ceras permite alumbrar el camino de los fieles difuntos, ambas piezas son las portadoras de estos elementos. 

Chiapas, el Estado de México, Tamaulipas y Veracruz son algunos de los puntos de nuestro país en los que se comercializan por parte de los artesanos alfareros, pero también exportan en ocasiones a Estados Unidos, esperan reponerse de una crisis severa que comenzó con el sismo de 2017, se robusteció con la pandemia de Covid-19 y agonizó con el huracán Otis en Guerrero. 

Esta celebración está llena de color y simbolismos, de tradición y cultura, pero también representa la oportunidad de negocio en familia, ejemplo de ello son los Martínez Ortiz, originarios de San Salvador Huixcolotla y comerciantes de este lugar, acudieron al Barrio de la Luz para llevarse entre 600 y 700 piezas, que se venden dependiendo el tamaño entre los 35 y 90 pesos, la idea es regresar por más. 

Concepción Ortiz, comerciante:   

“Lo comercializamos en la central de abasto y sus alrededores, para mí estas son las mejores tradiciones que puede haber en México”.   

Al mismo tiempo en el que se elaboran candeleros y sahumerios de cuatro diferentes tamaños; el miniatura, juguete, mediano y grande también se diseñan las cazuelas, esas se moldean todo el año, se cuecen en alguno de los tres hornos disponibles en este taller, uno con más de 200 años de existencia. Aquí no sólo le dan forma al barro, también a una historia generacional que busca irónicamente trascender.   

Arturo López Cano, Pdte. de Alfareros del Barrio de la Luz : 

“Mi trabajo me encanta, en esto voy a morir, yo soy la sexta generación de alfareros, con esto yo acabo”.