Contáctanos

Sicom opina con...

Andando a Pie – Cuando las palabras se quedan cortas

Publicado

La columna de Andrea del Pilar Casco Meneses.

Para quienes somos creyentes, poner en duda la existencia de un ser supremo, no está en nuestros pensamientos, más bien, encaminamos todas las acciones, todos los sucesos y todas las cosas que nos rodean en su divinidad y en el (a veces) muy conformista “por algo pasan las cosas”. 

Pero cuando conocí a Don Mario, lo antes mencionado salió de mi mente, quedé sorprendida, no daba crédito a su historia, pero sí a lo que mis ojos observaban.

Estaba cambiando el neumático de un vehículo, parchó la llanta, le echó aire y la colocó, en fin, iba y venía, todo lo hacía a bordo de una silla de ruedas, ambas piernas le fueron amputadas. 

El 2 de abril de 2020 su vida cambió, recuerda que fue una noche lluviosa cuando lo buscaron para realizar un trabajo sobre la autopista México-Puebla, acudió, empezó a trabajar y no supo más, una mujer que manejaba un vehículo se impactó contra él, lo que provocó que perdiera ambas piernas.

Actualmente, tiene más de 17 años como talachero en la colonia San Antonio Abad, mientras lo entrevistaba, le noté la mirada cristalina y las lágrimas comenzaron a caer sobre su rostro mientras recordaba el terrible suceso y lo difícil que fue afrontar las pocas ganas que tenía de vivir – no es para menos, pensé- no pude decir nada, las palabras simplemente no salían de mi boca, ¿Consuelo? ¿Qué podría pronunciar su servidora que a Don Mario lo hiciera sentir mejor? 

Intentó suicidarse en dos ocasiones, en la última su hija lo vio, pudo detenerlo.  

Ese fue el detonante para acudir a terapia psicológica durante un año. 

-“Un día me levanté, hablé con Dios, ayúdame a poder montar y desmontar mis llantas y sí, ahora las desmonto,  así como estoy”- 

Como suele ocurrir con la adversidad de un ser querido, la situación afecta a todos los integrantes de la familia, al menos de los más cercanos, pero también ellos y ellas son el impulso para afrontarla. 

Su esposa se acercó y con una mirada llena de paz refirió lo que le decía con frecuencia después del accidente: -“Por algo te dejó Dios, entonces trata de pedirle y que te haga una mejor persona” .   

¿Una mejor persona? Pero si el señor Mario es un ejemplo de vida y de superación, a 3 años de distancia, sigue trabajando, su esfuerzo provoca la admiración de su familia, clientes y vecinos, quienes incluso le compraron una silla de ruedas. 

Si bien las prisas como siempre nos aturden en cobertura, yo no podía dejar de darle vueltas a esta narrativa, es la vida misma, las cosas pasan y hay que afrontarlas, por supuesto que unas son más crudas que otras, la lección la da él, fue el amor a los suyos lo que le permitió seguir adelante.  

Gracias por dejarme contar su historia Don Mario, gracias por permitirme seguir creyendo. 

¿Nos leemos el próximo lunes? 

@Andy_Casco