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Alertan especialistas en nutrición del ISSSTE ante riesgos de “comidas vacías”

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Profesionales de la alimentación son pieza fundamental del equipo multidisciplinario de salud en la tarea de prevenir y combatir enfermedades.

Redacción

La ingesta frecuente de las llamadas “comidas vacías”, altas en calorías y sin nutrientes, constituyen gran riesgo para la salud; se asocian a sobrepeso, obesidad, desnutrición y enfermedades crónicas, por lo que es de suma importancia orientar a la población en mejorar sus hábitos alimenticios, afirmó el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Pedro Zenteno Santaella.

Al conmemorar el Día del Nutriólogo y la Nutrióloga, el titular del Issste felicitó a profesionales de la nutrición, cuyo gran reto y responsabilidad es promover hábitos de alimentación saludable para combatir el sobrepeso y la obesidad, que en México afecta a 35.6 por ciento de niñas y niños de entre 5 a 11 años; 35.8 por ciento de personas de 12 a 19 años, y a 75.2 por ciento de adultos de 20 años y más, como consta en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018.

Señaló que el instituto dispone de personal altamente capacitado para apoyar y fomentar hábitos saludables en personas derechohabientes.

En 2020, a nivel nacional el Issste otorgó 170 mil 527 consultas en los servicios de nutrición de las unidades médicas, como reporta el Anuario Estadístico https://bit.ly/3qZeu6U.

Por lo anterior, el Issste valora el trabajo y esfuerzo de estos profesionales al considerarlos pieza fundamental del equipo multidisciplinario de salud en la tarea de prevenir, controlar y combatir enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes e hipertensión, que representan 31 por ciento de los motivos de consulta externa en el instituto y están asociadas con hábitos no saludables de alimentación, puntualizó Pedro Zenteno.

La jefa del Servicio de Alimentación y Dietética y nutrióloga del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza”, Stephania Escamilla Zarco, explicó que el sedentarismo y el alto consumo de “comidas vacías”, término que se refiere a los alimentos que poseen gran cantidad de calorías y carecen de nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales, constituyen una de las principales causas de obesidad y sobrepeso.

El reto que tenemos como nutriólogos, dijo, es promover e inculcar en la población buenos hábitos de alimentación y demostrar que una comida saludable también puede ser sabrosa, variada, equilibrada en nutrientes, completa y adecuada para cada grupo poblacional, además de estar siempre complementada al hábito de la actividad física cotidiana en todas las etapas de la vida.

Recomendó a las personas “no esperar a que la enfermedad aparezca o el medicamento sea la solución a todos los problemas, sino atacar desde la raíz y empezar a revisar de manera responsable nuestra ingesta alimentaria; no omitir tiempos de comida, evitar ayunos prolongados y revisar las porciones de algunos alimentos son algunos ejemplos para mejorar hábitos alimenticios”.

El principal problema, derivado de una alimentación no saludable, es el sobrepeso y la obesidad, que a su vez pueden generar enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, diabetes mellitus e hipertensión, padecimientos que figuran entre las primeras siete causas de carga económica de enfermedades en el instituto, como registra el Informe financiero y actuarial 2021 del Issste, https://bit.ly/3IDC67m.

La especialista explicó que el exceso de peso corporal es también una cara de la desnutrición, otras pueden expresarse en delgadez y debilidad extrema con problemas de anemia, deficiencia de nutrientes como hierro, que a largo plazo debilitan nuestro sistema inmune, encargado de combatir enfermedades por bacterias y virus.

Para orientarse en la selección de alimentos, sugirió poner atención a las etiquetas hexagonales negras que se colocan en los empaques de los productos industrializados a la venta, “nos advierten que los ingredientes de ese producto pueden ser dañinos para la salud”.

“Traen leyendas como alto contenido en azúcar, alto contenido en sodio, alto contenido en grasas trans o alto contenido en calorías; mientras más etiquetas tenga un producto es indicador de que no es la mejor elección para nutrirnos”, afirmó.

Stephania Escamilla recomendó “cuidar las porciones, mantener el consumo de frutas y verduras en cantidades adecuadas, evitar alimentos procesados o industrializados, realizar cinco comidas al día para ayudar al metabolismo a digerir adecuadamente, ingerir de litro y medio a dos litros de agua natural diariamente y evitar bebidas azucaradas como jugos empaquetados y refrescos”.

Pedro Zenteno invitó a toda la población a mejorar sus hábitos alimenticios, realizar actividad física cotidianamente, hidratarse constantemente, evitar la comida chatarra, bebidas azucaradas y, de ser necesario, acudir con las y los nutriólogos del instituto.