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Aldo Garibay: El “Gigante de Caborca” en el Festival Deportivo Ecuestre

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El competidor mexicano de rodeo comparte a CONADE la manera en que se vive su disciplina; fue parte de la segunda etapa del histórico evento en Querétaro.

Redacción

La música country retumba en el Lienzo Charro El Pitayo, en Querétaro, una de las sedes donde se desarrolla la segunda etapa del Festival Deportivo Ecuestre, y se dan cita los mejores exponentes, uno de ellos es Aldo Garibay Olachea, quien, de camisa a cuadros, jeans, botas y un sombrero de los llamados “texanos”, comparte parte de su experiencia en el rodeo.  

Es inconfundible en su andar. Es un hombre sonorense de aquellos grandotes, de manos gruesas y mirada fuerte. Su destacada trayectoria fue reconocida por Ana Gabriela Guevara, directora general de esta institución, quien se dio cita a las competencias.

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Garibay se hizo en los ranchos en medio de vaquillas y becerros. Aún recuerda que en su niñez comenzó a lazar cabras y uno que otro borrego mientras Don Sergio, su padre, se perdía entre caballos y un montón de pastura.

“Mis fines de semana, mis vacaciones era todo en el rancho. Tuve una niñez muy bonita, recuerdo que en Caborca me movía con facilidad, tomaba la bicicleta y recorría sus calles para ir al beisbol o haciendo muchas cosas, fue una niñez hermosa”, señaló.

Para Aldo Garibay, estar inmerso en el deporte “es su pasión”, ya que no hay momento que no haya charlas de vaqueros. “Esto es mi vida”, asentó de primera instancia a la, mientras se daba una pausa dentro de las acciones del rodeo en el histórico Festival Deportivo Ecuestre, del que consideró: “Es un acierto, haber tenido este evento aquí”.

Sus inicios fueron a lado de su hermano Sergio. “Mi hermano y yo, empezamos como vaqueros de oficio, porque mi abuelo y mi papá, todo el tiempo tenían ganado y nosotros todo el tiempo hacíamos el trabajo, había que saber hacerlo. Siempre había trabajo. Eso nos dio las bases para ser parte de este deporte”.

Fue en 1993 cuando pasó de ser un vaquero de casa a uno de talla nacional, él y su hermano, fueron a competir a Nuevo León, donde gracias a sus aptitudes impusieron su talento, fueron el orgullo de su padre, que los mandó a Estados Unidos a pulir esa capacidad de dominar los astados con el lazo.

En la llamada Unión Americana, tuvo la suerte de conocer a George Aros, un vaquero de alto calibre de quien aprendió lo secretos para aventar la cuerda con precisión.     

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Aunque su hermano fue el primero en ser parte del deporte y considerado el mejor vaquero del país, Aldo lo vio como un héroe. “Andaba siempre pegado a él. Por mucho tiempo fue, sin lugar a dudas, el mejor vaquero de México y para mí, aún lo es”.

La brecha lo hizo Sergio, pero quien decidió hacerla más ancha, fue Aldo, quien en corto tiempo comenzó a escribir su historia.

“El hecho que en Querétaro haya decidido hacer pareja conmigo, es un orgullo. Es un momento especial. Mi familia y en especial mis papás -Sergio y Olivia- están orgullosos de los que hacemos”, agregó Aldo, quien en el 2000 decidió ser parte del derribe de novillo gracias a Guillermo Herrera, ahora presidente de la Federación Mexicana de Rodeo (FMR).

“Mis papás saben que amamos lo que hacemos, disfrutan cada logro y desde luego cada actuación, la familia es todo y al final es lo más valioso que tenemos”, afirmó.

La música country, que surgió desde los años 20, en el sur de Estados Unidos, acompaña a Aldo en cada una de sus palabras, con las cuales expresa su identidad, y más cuando toca el tema familiar. “La verdad los extraño mucho, soy un hombre de familia”.

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En 1981 Aldo Garibay se convirtió en monarca nacional; entre 1994 y 2004, fue el mejor pialando (suerte que se hace con el lazo) que a la postre, lo llevó a ser cabecero.  Es sin duda un referente del rodeo en México, ha participado en las prestigiosas justas como en el Rodeo Internacional de Barretos, Brasil, en donde se llevó lo honores.

En el 2005 fue campeón en high point en las finales regionales del USTRC en Alburquerque, entre otros logros. 

Garibay mostró orgullo de lo que ha hecho en estos 20 años, no en valde es conocido en el medio del rodeo como: el “Gigante de Caborca”, amén de su estatura.