Daniel y su sobrino se encargan de elaborar Tlapitzalli, flautas artesanales

Estas pueden incluir sonidos graves, agudos o caóticos, este depende del tamaño del orificio; argumenta que mientras más grande sea la acústica será más aguda, mientras más pequeño será más grave.

Andrea Casco

Daniel Sánchez es artesano, y junto con su sobrino Raúl, elabora Tlapitzalli, mejor conocidas como flautas artesanales ocupando barro.

Estas pueden incluir sonidos graves, agudos o caóticos, este depende del tamaño del orificio; argumenta que mientras más grande sea la acústica será más aguda, mientras más pequeño será más grave.

El trabajo comienza cuando se forma el sonido y la resonancia para posteriormente darle forma, más tarde las piezas se lijarán pintaran para lograr un acabado perfecto.

Asegura que es un oficio que aún le permite mantener a su familia y que los músicos son quienes más valoran el trabajo con el que se elabora cada pieza mismas que oscilan de los 200 a los 2500.