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Familias poblanas se preparan para recibir el 2025 con una cena más flexible y económica

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Carniceros y vendedores destacan que la Nochebuena vende productos costosos, mientras que para Año Nuevo predominan ingredientes más sencillos como camarón, cabeza de puerco y tortillas para tostadas.

Andrea Casco

Tras la celebración navideña, las familias comienzan a planificar la cena de fin de año, un evento que, según los comerciantes locales, ha evolucionado hacia opciones más diversas y accesibles, adaptándose a presupuestos y gustos variados.

A diferencia del 24 de diciembre, cuando los platillos tradicionales como pierna, lomo, bacalao o pavo dominan las mesas, la cena del 31 de diciembre permite mayor flexibilidad. Tostadas, pozole, mariscos y hasta las populares chanclas poblanas se han convertido en elecciones frecuentes para despedir el año.

Carniceros y vendedores de alimentos destacan esta tendencia. Mientras que la Nochebuena se caracteriza por la venta de cortes y productos más costosos, para la última noche del año predominan ingredientes como camarón, cabeza de puerco y tortillas para tostadas, adaptándose a menús más sencillos pero igualmente deliciosos.

“El presupuesto suele ser más ajustado para el 31, ya que muchas familias destinan más recursos para la Navidad”, comenta un comerciante del mercado La Acocota. Sin embargo, asegura que lo realmente importante es compartir este momento con seres queridos, independientemente del banquete.

La flexibilidad en los platillos refleja la creatividad y el sentido de comunidad de las familias poblanas, quienes celebran el cierre del año con gratitud, alegría y la esperanza de un 2025 lleno de nuevas oportunidades.