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Letras con Sentido | BRICS: El intento del nuevo orden mundial ¿Funciona?

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Sicom Opina Con… Sergio Castro

Culminó la cumbre de los BRICS en Rusia, una potencia que pretende redefinir la arquitectura del poder económico y político, dando oportunidades a las potencias del sur global, sin embargo no termina de cuajar debido a una propuesta débil y no tan sólida.

Originalmente surgió como una organización de economías emergentes compuestos por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que poco a poco acapara los focos de las naciones más importantes del mundo. Su principal desafío es el acenso hacia el mundo multipolar y el desmantelamiento de la organización del poder creado después de la Segunda Guerra Mundial, especialmente el dominio de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Siendo una de las propuestas más ambiciosas el uso de moneda única en el comercio internacional para debilitar al dólar, para no solo desafiar la hegemonía monetaria de Occidente, sino también para crear instituciones financieras alternativas, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que ya financió proyectos por más de 40 mil millones de dólares en países en desarrollo. Este banco se perfila como un contrapeso al FMI, que históricamente impuso medidas de austeridad devastadoras en economías emergentes, especialmente en América Latina y África.

Sin embargo, las naciones miembros del bloque no ha podido aterrizar la creación de una sola moneda que de verdad cree un contrapeso importante al dólar estadounidense y el euro. La experiencia de la eurozona demuestra que crear una moneda común no es fácil, requiere mecanismos de control centralizados y una estabilidad económica entre los países miembros que, en el caso de los BRICS, aún no existe y una de las dificultades más visibles es la lejanía que existe entre algunos países.

Otro desafío es la falta de alianzas que tendrían los BRICS para invertir y hacer negocio con los países que no pertenecen al grupo y que serían sancionados por Estados Unidos y la Unión Europea tras manejar una moneda diferente.

Pero no todo está perdido, es decir, a mediano y largo plazo, los BRICS tienen la posibilidad de consolidarse como un bloque clave en el escenario mundial, logrando incluso que naciones de África y América Latina regiones históricamente explotadas por potencias occidentales, podrían jugar un papel crucial en este nuevo orden multipolar y con la moneda única y el préstamo del NBD sería el acceso a nuevas fuentes de financiamiento para permitir proyectos de infraestructura y tecnología. 

La moneda común, el Banco BRICS y las alianzas estratégicas con países emergentes son indicativos de un mundo que ya no gira únicamente en torno a Washington y Bruselas, sino que comienza a orbitar también en torno a Beijing, Moscú y Nueva Delhi. La participación en los BRICS debe estar acompañada de acuerdos en bloque y una visión regional compartida que fortalezca la capacidad de negociación de los países del sur global.

Si no se aborda este reto con urgencia y determinación, la promesa de un nuevo orden mundial más justo podría quedar reducida a una simple redistribución de poder entre elites globales, sin un verdadero beneficio para los pueblos del sur.