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Deporte A Fondo | Desgracia camotera

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Sicom Opina Con… Antonio Abascal

Dicen que los números son fríos, dicen que reflejan el trabajo de un equipo, aunque otros no estén tan de acuerdo; lo cierto es que para el caso del Puebla de la Franja los números indican el desastre en el que se ha convertido la institución. El primer equipo varonil arrastra una mala racha de cinco derrotas consecutivas, el primer equipo femenil camina al peor torneo de su historia ya que para evitarlo necesita ganar a las Bravas de Juárez que ocupan el quinto lugar de la tabla y vienen de vencer a las Tigres de forma clara; los equipos de fuerzas básicas todos menos la sub 23 varonil, quinto lugar de su torneo, están por debajo de la media tabla; es cierto, alguien puede decir con razón que son circunstancias y  objetivos distintos, pero estos números revelan que la institución llamada Club Puebla no está trabajando bien y que en un año, el del octogésimo aniversario, tiró por la borda la estabilidad que había construido poco a poco y que era el punto distintivo sobre las administraciones poblanas del pasado reciente del club.

Ya no hay estabilidad en la tabla de cocientes, ahora se pagaría multa por ser el antepenúltimo puesto en ese rubro, se ha dejado de clasificar a las liguillas, los escándalos se han vuelto a apoderar del acontecer diario de la institución desde acusaciones de omisión en el caso de acoso contra una de sus jugadoras hasta un enfrentamiento entre el futbolista, Facundo Waller y el auxiliar técnico del equipo, Sergio de la Torre, mientras el club prefiere callar y ser reactivo cuando las “granadas” mediáticas ya explotaron. Ha pasado más de un año desde la llegada de Gabriel Saucedo como director general en lugar de Ricardo Zayas y es la fecha que no aparece en medios de comunicación para explicar qué está sucediendo con el club y acallar la ola de rumores que lo ha vuelto a golpear reviviendo al fantasma de la mudanza, cuando existe un convenio firmado con el Gobierno del Estado que obliga a ambas partes a mantener el futbol en la Angelópolis por quince años y que el Estadio Cuauhtémoc sea la sede del equipo.

Mientras el Puebla prefiere callar, los rumores se han adueñado del acontecer diario del Puebla, mientras el Puebla se esconde sus equipos naufragan, mientras se esconden explicaciones el primer equipo varonil acumula veintidós derrotas en treinta partidos disputados en el año calendario, mientras se busca reaccionar a las “granadas” mediáticas mediante boletines el equipo de la Franja ha recibido sesenta y cinco goles en treinta partidos para un promedio 2.16 en el año, fue la peor defensa del torneo pasado implantando una marca negativa con 43 tantos en contra, ahora lleva veintidós que ya la hacen la segunda peor sólo por encima de Juárez y empatada con Santos Laguna. Mientras la reacción ante el escándalo de Lucía Yáñez sólo se produjo cuando llegó a la esfera nacional, el equipo femenil suma once descalabros en dieciséis partidos, es la segunda peor ofensiva de su torneo con once tantos y está obligado a dar la sorpresa a las Bravas para no escribir historia negativa en forma del peor torneo en su historia.

Si seguimos revisando nos daremos cuenta que el Puebla varonil sub 19 es penúltimo de la tabla con sólo dos victorias, otros dos empates y nueve descalabros con catorce goles a favor y treinta en contra, el Puebla sub 17 es penúltimo con números idénticos ya que tiene un juego menos, pero las mismas nueve derrotas, los mismos dos triunfos, catorce goles a favor y veintiocho en contra; la sub 15 ocupa el último lugar de su grupo con dos victorias, un empate y nueve descalabros; por su parte, la sub 18 femenil es décimo cuarta con dos triunfos, cuatros empates y seis derrotas. Sólo la sub 23 varonil se encuentra arriba de media tabla, en el quinto lugar, con saldo favorable de seis victorias, tres empates y cuatro derrotas con veintisiete goles a favor y veinte en contra, pero lo más importante es que se trata de un grupo de jugadores con cualidades, algunos ya con minutos en el primer equipo y con el orgullo de ver a José Rodrigo Pachuca aprovechando la oportunidad en el máximo circuito, como seleccionado nacional sub 20.

Los números en este 2024 del Puebla varonil son catastróficos, cuatro victorias de treinta disputados, veintidós derrotas y cuatro empates, treinta y tres goles a favor y sesenta y cinco en contra, pero llama la atención que estos resultados se han cosechado con cuatro responsables técnicos: Ricardo Carbajal, el interinato de Fernando Aristeguieta (a quien le pagaron dándole las gracias en el equipo sub 23), Andrés Carevic y ahora José Manuel de la Torre quien ha mejorado un poco porque le ha dado una  estructura que permite competir en los partidos, pero que al primer error el castillo de naipes se desmorona ante la falta de calidad de la plantilla. Cuando se habla de cuatro cuerpos técnicos sin que ninguno pueda frenar la hemorragia ya debemos voltear hacia la parte dirigencial y cuando se analiza los resultados en otras parcelas del club y sólo una escuadra está gozando de una buena temporada, la radiografía es clara: Institucionalmente se dejó de trabajar, se pensó que el modelo tenía bases tan sólidas que sólo se trataba de renovar cromos para seguir clasificando a liguillas, para alejarse de los últimos lugares en la tabla de cocientes y hasta para colocar jugadores en el mercado. El problema radica en que los que lograron esos ciertos éxitos emigraron y los que ocuparon sus puestos fueron torpes, omisos y fallaron con sus contrataciones y sus acuerdos a largo plazo.

Un año de trabajo es suficiente para cambiar el modelo de gestión y para inyectar a la institución de las nuevas maneras de manejo, pero hasta el momento la gestión de Gabriel Saucedo se ha distinguido por la inestabilidad laboral ya que han existido muchos cambios y por los malos resultados en la parcela deportiva; Albert Espigares llegó a finales de enero para las fuerzas básicas, su actitud ha sido la de cambiar todo sin importar algunos procesos que sí se hacían bien (y para muestra la forma en la que Alberto Herrera fue importante en una parte del torneo o el propio José Rodrigo Pachuca que ya mostraba sus condiciones antes de la llegada del hombre que llegó procedente del Atlas), tanto en las fuerzas básicas varoniles como en el equipo femenil, mientras que Ángel Luis Catalina llegó a finales de marzo ya con el torneo en marcha y con poco margen de maniobra, pero para el actual ha tenido que batallar con la herencia maldita de Jorge González (Gastón Silva, Facundo Waller, Luis Arcadio García, entre otros) y con el poco presupuesto que desde el Ajusco destinan para la Franja. Su gestión se apuntó una muy buena calificación con la llegada de Luis Quiñones, pero un jugador no hace el equipo.

Los casos de Quiñones y de Pachuca son muy esclarecedores para hablar de la desgracia camotera: El colombiano pesa, se mueve por todo el frente del ataque, ya se ha reflejado como goleador, ha dado asistencias, ha generado más llegadas que sus compañeros no han tenido la capacidad para finalizar en gol, a lo largo de los partidos queda de manifiesto de que se trata de un futbolista con clase y con cualidades muy por encima del resto de la plantilla, incluso da la impresión de que juega solo porque sus compañeros se mueven a otra velocidad y no lo entienden; hasta el momento “Chepo” no ha encontrado el socio ideal para Quiñones ya que en muchas ocasiones las ideas del ex jugador de Tigres no llegan a más por una mala devolución o por una falla del compañero, incluyendo a Emiliano Gómez quien goza de buena prensa, pero en realidad se ha quedado corto en sus prestaciones fallando dos goles claros que pudieron escribir un mejor resultado frente a los Tuzos del Pachuca y los Tigres; mientras que José Rodrigo Pachuca se fue ganando un lugar en la alineación a partir de la pérdida de confianza en Sebastián Olmedo por los continuos errores del paraguayo. El canterano integra la línea de tres junto con Emanuel Gularte quien ha quedado como el que sobra y Efraín Orona que trabaja cargado a la izquierda.

El viernes ante el líder Cruz Azul, el Puebla se había salvado de un penal en contra que alcanzó a desviar Miguel Jiménez, se fue abajo en el marcador en otro tiro de esquina en el cierre del primer tiempo (pecados capitales en el trabajo defensivo de cualquier equipo), pero Quiñones se encargó de hacer pagar el error de la máquina en la salida e hizo un golazo para decretar el empate tras los primeros 45 minutos. En el segundo lapso, la escuadra local competía y había logrado incomodar a los celestes, pero Pachuca acusó molestias musculares en un pique para frenar a Rotondi, a los 62 minutos salió del campo para dejar su lugar a Sebastián Olmedo, el central que perdió su puesto con el canterano a causa del mejor trabajo del juvenil, cuando uno esperaba ver una reacción del guaraní sucedió todo lo contrario porque seis minutos más tarde realizó una cobertura poco pulcra ya que no pudo despejar de cabeza y el balón impactó con su brazo extendido en el área para que el VAR decretara la pena máxima que convirtió Rotondi para anotar el gol del triunfo ya que el Puebla careció de poder de reacción, nuevamente los cambios no fueron de impacto lo que demuestra la falta de plantilla para un equipo cuyo técnico intenta, pero la calidad de sus jugadores no le ayuda a sacar mejores resultados https://www.youtube.com/watch?v=REQuVSi2KTM.

Un equipo en caída libre (cinco derrotas consecutivas y una tensión evidente entre algunos jugadores y el cuerpo técnico), el mayor femenil camino del peor torneo de su historia cuando hace seis meses los varones lo vivieron y sólo un equipo de fuerzas básicas con aspiraciones de protagonismo ya no se pueden explicar por un mal trabajo de los cuerpos técnicos, tampoco a partir del poco tiempo de los recién llegados, un año es suficiente para impactar en la parcela administrativa; por el contrario, se intentó cambiar lo bueno y lo malo y al arrasar no quedó un cimiento, se confió demasiado en la dirección deportiva de Jorge González quien dejó una herencia maldita en forma de jugadores aburguesados con los mejores contratos de la plantilla, sin justificarlo en la cancha, cuando se dieron cuenta del desastre del anterior semestre el nuevo director deportivo tuvo que ser creativo para encontrar talento a pesar de un cierto presupuesto y así llegó Quiñones pero está solo, se apostó por un técnico que como jugador brilló en la Franja y por ello es reconocido por la afición, como estratega tuvo éxito hasta que su paso por la selección nacional se interrumpió porque su exigencia no era cómoda para estrellas aburguesadas.

Hoy que hay voces que hablan de posibles cambios en la dirección técnica del primer equipo varonil, ninguna de las dos partes se puede mostrar sorprendida: Chepo ya sabía que llegaba a una institución con un presupuesto muy limitado, sin hambre de gloria deportiva, aunque con una marcada lógica mercantilista; la directiva del Puebla conocía que apostaba por un técnico muy exigente con los jugadores, pero es que algunos futbolistas han sido tan consentidos a lo largo de su trayectoria que ya no se amoldan fácilmente a las exigencias. La desgracia camotera es que este año ha acabado con lo poco que se había construido, pero cuando hay una crisis como la que vive la institución los hombres que están a cargo deben cambiar estructuras y formas de trabajo (entre ellas dar explicaciones a la afición a través de los medios de comunicación), el problema es que siguen encadenados a sus gustos, a sus maneras, a sus filias y a sus fobias y así han creado la tormenta perfecta que ha sumido al Puebla de la Franja en una de sus mayores crisis institucionales, lo cual ya es mucho decir.