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Deporte A Fondo | Falta de proyecto

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Sicom Opina Con… Antonio Abascal

El Puebla femenil consiguió su segunda victoria del torneo, tras quince juegos disputados, al vencer 2-0 al Necaxa en un juego de baja calidad que significó el debut de Carlos Adrián Morales como timonel de una escuadra que en cuestión de menos de seis meses perdió la identidad que había ganado poco a poco y ahora es un compendio de constantes cambios, de jugadoras que intentan pero que terminan confundidas ante los constantes cambios de posición. Ayer Sebelle Rojas jugó como carrilera por izquierda, por derecha, luego adelantó su posición al mediocampo y terminó como centro delantera, mientras que el equipo fue incapaz de leer las condiciones de un partido que se les puso de cara desde el minuto por la expulsión de Perla Navarrete tras un golpe a la capitana poblana, Dulce Martínez quien tuvo que salir del partido con una hemorragia en la nariz. Ni con superioridad numérica el equipo de la Franja supo imponer condiciones con un mediocampo incapaz de tomar el balón para conectar con sus jugadores más hábiles.

La victoria se consiguió con los tantos en el segundo tiempo luego de un penal tras un jalón a Sebelle Rojas, la pena máxima fue convertida por Rubí Villegas y más tarde la canterana Liliana Fernández hizo un golazo para presentarse ante su nuevo timonel ya que resulta muy extraño que una de las jugadoras más talentosas de la plantilla, que desde el torneo pasado destacó y además está hecha en casa haya gozado de sólo 222 minutos en este Apertura 2024 con sólo dos juegos como titular, ingresó al minuto 81 y uno más tarde regaló la estampa más futbolera de la tarde en el Cuauhtémoc al poner el balón en el ángulo y asegurar una victoria que pese a la superioridad numérica no estaba clara por el flojo trabajo del mediocampo.

Hasta el momento el Apertura puede convertirse en el peor torneo en la historia del Puebla femenil superando al Apertura 2022 cuando bajo el mando de Pablo Luna se sumaron once unidades producto de tres triunfos, dos empates y doce derrotas con veinte goles a favor y 38 en contra, otros torneos muy malos fueron el Clausura 2022 con doce puntos: tres victorias, tres empates y once descalabros con once goles a favor y veinticinco en contra y el Clausura 2023 cuando se lograron tres triunfos, tres empates y once derrotas con catorce tantos a favor y 34 en contra. En el actual Apertura 2024 se han sumado dos triunfos, con tres empates y diez derrotas, con once goles a favor y veintidós en contra cunado restan dos compromisos para acabar el certamen: La visita del próximo jueves 17 a las Rojinegras del Atlas que están en la pelea por la calificación a dos puntos de las Xolas de Tijuana que marcan la línea de la liguilla y cerrará en casa hasta el 3 de noviembre (se atraviesa una fecha FIFA en la rama femenil) midiéndose a las Bravas de Juárez que ocupan el sexto lugar de la tabla general, por lo que ambos compromisos lucen muy duros para la escuadra que ahora dirige Carlos Adrián Morales.

Dicho de otra manera, para evitar escribir historia negativa con el peor torneo en la historia, el Puebla femenil deberá sumar tres puntos de los seis que quedan en disputa, si hace dos lo estará igualando, aunque va en camino de tener una mejor diferencia de goles que en ese Apertura 2022, pero en caso de sumar sólo un punto o de irse en blanco estará viviendo el peor registro en su corta historia. La buena noticia para las poblanas es que con los dos goles de ayer llegaron a once en el torneo lo que las iguala con la versión del Clausura 2022 donde marcaron once tantos, pero en diecisiete partidos, por lo que ahora todavía hay dos oportunidades para marcar y no emular a ese equipo con la menor cantidad de goles a favor para la franja en la liga mx femenil.

Guillermo Cosío Almazán dejó al equipo y el ex jugador de Morelia y Lobos BUAP de inmediato entregó tres puntos que pueden resultar muy engañosos porque ayer no hubo mejoría, el partido resultó uno de los de menor calidad del actual torneo confirmando la posición de poblanas y necaxistas en la tabla ya que las locales llegaban en el antepenúltimo lugar y las de Aguascalientes como las sotaneras. Fue un partido sin control en el mediocampo, con muchos balones perdidos, con pocas aproximaciones al área rival, con un Puebla incapaz de imponer condiciones y con un Necaxa que, en muchos momentos, se vio cómodo manejando el partido a pesar de tener una jugadora menos; de hecho, con el 1-0 las visitantes buscaron atacar, su técnico hizo cambios ofensivos ya que no había control por parte del Puebla y todavía con el 2-0, Mariana Ramos (ex de la Franja) tuvo un disparo en el área que desvió Gabriela Machuca para evitar el gol visitante que hubiera significado un cierre dramático porque todavía quedaban nueve minutos de reposición.

El futbol femenil no ha sido interesante para el Grupo del Ajusco que administra al Puebla de la Franja, pero la realidad es que en los últimos meses se ha trabajado muy mal. La institución se casó con el proyecto de Pablo Luna Gamio quien hace dos años escribió los peores registros para el equipo, sin embargo, al mismo tiempo se arrancó con un proyecto serio de fuerzas básicas que permitió dotar de jugadoras al primer equipo como la propia Liliana Fernández y Jacqueline González, quien por desgracia ha sido improvisada muchas veces como lateral derecha sin tener las condiciones para ello. Una vez que Luna Gamio dejó al club, se apostó por gente de casa, primero por Guillermo Cosío quien había sido auxiliar técnico del ex jugador de Pumas y ante la problemática del faltante de la licencia “a” para dirigir en la liga, se apostó por la directora del equipo filial, María José López. Así un poco a bote pronto inició un proyecto que parecía podía darle al Puebla mejores resultados y una identidad.

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La directora técnica fue capaz de desarrollar un estilo, que inclusive podía ser muy osado ante los rivales más potentes, algunas jugadoras canteranas con talento tuvieron continuidad, mientras que el director deportivo ante el poco presupuesto fue creativo y buscó en mercados poco vistos y así trajo dos buenas jugadoras guatemaltecas. El equipo tenía un estilo y daba la impresión de que podía seguir creciendo, más allá de que el torneo pasado pesó la inexperiencia del cuerpo técnico tras un buen arranque y se vivió un cierre decepcionante, pero daba la impresión de que ya había algo construido y de seguir por ese camino se podían conseguir otro tipo de resultados. Sin embargo, la inestabilidad de la propia directiva poblana echó a perder todo y lo tiró a la borda: El talento de Aisha Solórzano hizo imposible retenerla ante las mayores ofertas de otros equipos por lo que emigró a Tijuana, el director deportivo se fue para este torneo, tras su salida María José López abandonó la institución y vino una desbandada mayor de futbolistas.

Se apostó por Guillermo Cosío porque conocía al plantel y por su experiencia en fuerzas básicas, pero se trajeron muchas jugadoras algunas más por nombre que por presente como Martha Enciso y se nombró a un director deportivo sin experiencia en el futbol ya que era parte del club en el área de mercadotecnia. El resultado fueron algunos aciertos como Gabriela Machuca para cubrir la baja de Karla Morales en la portería y muchas apuestas fallidas como la propia Enciso o Allysa Oviedo para la delantera quien ya no ha contado en los últimos partidos; otras que llegaron han sido irregulares, aunque empiezan a elevar sus prestaciones como Ahtziri Méndez y Sebelle Rojas quienes son las jugadoras que van por las bandas, aunque en varios partidos han terminado mareadas ante tanto cambio de posición que les piden los cuerpos técnicos, Gaby Juárez parecía que podía ayudar pero se lastimó en ese juego pasado por agua ante Querétaro, mientras que Anna Jane Loftus quedó como una buena intención, que ofreció algún destello, pero que se terminó yendo al quedar embarazada.

Con la problemática de un nuevo equipo en construcción y con la poca experiencia en el banquillo, Guillermo Cosío falló en dos aspectos claves: Fue incapaz de dotar de un estilo a su equipo con estos constantes cambios no sólo de alineación, sino de posiciones en el desarrollo mismo de los juegos y pese a haber trabajado en la cantera no le dio confianza a las de casa con la historia de la propia Liliana Fernández, condenada a la banca sin habérsela ganado y con Dulce Méndez quien mostró condiciones, hizo un golazo y luego no recibió la continuidad necesaria, a veces con su lugar ocupado por una Martha Enciso que ha aportado mucho menos que la canterana nacida en San Salvador Huixcolotla, Puebla. Es decir, no hay un estilo definido y se perdió tiempo con varias jugadoras hechas en casa, mientras de las que llegaron sólo Machuca, Sebelle Rojas y Ahtiziri Méndez, cuando ha estado libre de lesiones, han podido ayudar y ser de impacto para el equipo.

Al llegar a diez derrotas, la directiva cortó a Guillermo Cosío y apostó por un hombre profesional, con momentos destacados como jugador con Monarcas Morelia, mientras que como técnico tiene un recorrido corto como interino del Toluca varonil en el Apertura 2020 con cinco partidos con dos ganados, un empate y dos derrotas y veintidós encuentros con Morelia en Liga Expansión varonil con saldo de once ganados, tres empates y ocho descalabros entre el Clausura 2023 y Apertura 2023; es decir se apostó por un timonel sin experiencia en el trabajo con las mujeres, cayendo en el lugar común de que el futbol es el mismo, cuando el crecimiento de la liga mx femenil va indicando que ya se necesitan especialistas en el área.

Ayer se ganó, pero hubo muchos focos rojos, el mediocampo conformado por Jessica Tenorio, Rubí Villegas y Camila Fonseca, nunca tuvo el control del juego a pesar de tener una jugadora de más, se perdieron muchos balones, se sigue improvisando a las jugadoras que van por las bandas en el apartado defensivo; se siguió cambiando de posición a las futbolistas, hubo algunas que aparecieron en tres o cuatro posiciones, se gastó un cambio para dar entrada a Ximena Moreno quien no pudo mejorar lo poco que había demostrado Alycia Morin jugando como centro delantera. El mediocampo mejoró con los cambios cuando aparecieron las canteranas Liliana Fernández y Dulce Méndez, además de una Joselyn Solís que mostró desparpajo, una mejoría que se dio hasta los minutos finales porque los cambios fueron tardíos. Es decir, no hubo una correcta lectura del juego ni en la cancha por parte de las jugadoras ni por parte del cuerpo técnico.

Carlos Adrián Morales llega como bombero para seguir ganando experiencia en los banquillos, las jugadoras con mayor o menor calidad intentan, pelean, buscan, pero la situación no va a mejorar hasta que los responsables expliquen si existe un proyecto para el equipo femenil o sólo está para cumplir con la liga. Una cosa es cierta, si el futbol femenil depende de las fuerzas básicas (algo que no comparto, pero así lo ha entendido el Puebla), es hora de que el director de fuerzas básicas, Albert Espigares explique cuál es su proyecto, cuáles son los objetivos que se exigirán al equipo femenil, y, de paso, mejorar un aspecto en el que los equipos poblanos de la rama femenil siempre han competido en inferioridad: La preparación física ya que todos los equipos de la liga se ven mejor trabajados que las futbolistas del Puebla que campaña a campaña sufren de lesiones, y sobre todo, terminan los partidos sin gas.

Hay mucho que mejorar en el Puebla, no todo será responsabilidad de Carlos Adrián Morales quien aceptó el paquete, es hora de que Espigares y los hombres que han asumido las responsabilidades en la organización expliquen qué pretenden con el futbol femenil y hacia dónde quiere llevarlo para por lo menos estar a la altura de los sueños de las jugadoras y del talento de algunas canteranas que merecen saber si el Puebla es un lugar para seguir creciendo o si sólo van a estar para cumplir.