La temporada de lluvias complica la situación, ya que la basura se extiende por las calles y es esparcida por perros callejeros.
Adan Morales
En la Unidad Habitacional Volkswagen II, ubicada entre Cuautlancingo y Puebla, se lee un letrero que dice: “¡Prohibido tirar basura! Los días para sacarla son: domingo, miércoles y viernes”. Sin embargo, la realidad es distinta.
En cada esquina se observan montones de desechos sólidos que los habitantes dejan en la vía pública, evidenciando una falta de cultura ambiental.
“Es triste observar cómo nosotros mismos contaminamos la colonia, la Unidad Habitacional, nuestro hogar”, exclamó José Francisco Reyes, lamentando que no se respete lo acordado por los vecinos para evitar focos de infección.
En los montones de basura hay de todo: desechos sólidos, plástico, ropa y hasta láminas de asbesto, convirtiéndose en tiraderos a campo abierto.
La temporada de lluvias complica la situación, ya que la basura se extiende por las calles y es esparcida por perros callejeros.
“Aquí lo grave es que los perritos de la calle sacan la basura en busca de comida y es cuando la situación se pone más complicada por las lluvias, y por eso tenemos inundaciones”, señaló Patricia López.
Aunque el camión recolector pasa regularmente, los habitantes dejan la basura en sitios y días no autorizados, provocando que la Unidad se convierta en un foco de infección.
