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Los gemelos clavadistas Roberto y Mariana, compiten bajo los cuidados de su padre

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Para el papá de los atletas, la situación conyugal se fue complicando y en estos momentos cuenta con la guardia y custodia de sus hijos.

Sicom Noticias

Roberto González Guadarrama viajó de la Ciudad de México, acompañado de su hija Mariana para apoyar a Roberto en su presentación en los clavados de altura en los Nacionales CONADE 2024. Con gran entusiasmo desde las tribunas siguieron una a una sus ejecuciones. La medalla en esta ocasión no fue posible, pero el espíritu competitivo y el lazo familiar quedaron fortalecidos.

Mariana es gemela de Roberto, ella estuvo en la fase clasificatoria pero un percance en el trampolín de tres metros le impidió completar la ruta clasificatoria y estar en el Centro Acuático Metropolitano defendiendo los colores de la Ciudad de México, en cambio su hermano si logró el boleto para estar entre los ocho mejores del país.

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Para el papá de los atletas, la situación conyugal se fue complicando y en estos momentos cuenta con la guardia y custodia de sus hijos. Así que debe realizar las labores del hogar, llevar a los niños a la escuela y a sus entrenamientos, y todas las actividades extraescolares, lo hace con un gran amor, porque el deporte logró brindarles a sus hijos tranquilidad, un estilo de vida saludable.

“A través del deporte logramos superar los conflictos familiares y dejar atrás todos los problemas, desde los cinco años los he llevado a entrenar, esa mecánica la mantuvimos, aunque llegó la pandemia y la verdad fue muy complicado, aun así, salíamos a correr con todas las precauciones, lo más importante es que ellos se despejarán. Después reanudaron poco a poco sus clases en un nuevo deportivo de la Alcaldía Benito Juárez, es así como empiezan a darse cuenta de que son buenos para los clavados”.

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Roberto González está muy agradecido por los beneficios que el deporte aporta a sus hijos, “todos los días nos tenemos que trasladar cerca de 30 kilómetros, para llegar al deportivo, sí es cansado, pero lo hago con mucho amor porque es la felicidad de ellos, porque al entrenar y competir, los niños se vuelven fuertes, disciplinados, resilientes y yo estoy para ayudarlos a cumplir sus sueños”.

Para Mariana, amante del cine, tiene como un sueño poder hacer clavados sincronizados con su hermano, -aunque por las características físicas está complicado-; mientras que Roberto buscará seguir trabajando y regresar en la edición 2025 a pelear por la medalla tan añorada.

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Al culminar su participación en la prueba de clavado de altura, Roberto aseguró que no se siente bien con el resultado, “debo trabajar más para mejorar en lo que fallé, su mejor clavado para él fue el penúltimo y le agradó participar porque contó con el apoyo de sus compañeros, pero lo más bonito fue ver a su papá y hermana en las tribunas, porque siento un gran respaldo, son como un ángel que siempre están atrás de él”.