La música del baile incluye piezas tradicionales como el palomo y el jarabe, y participan tanto padrinos como abuelitos de los recién casados, lo que lo convierte en una parte importante de la celebración matrimonial.
Carlos Manelic
El Baile de la Flor es una antigua tradición arraigada en la historia de Acatlán y otros municipios de la Mixteca Poblana. Este rito de purificación para los recién casados es celebrado con alegría, música y bullicio, donde los participantes tocan instrumentos como el violín y el bajo quinto.
El objetivo principal de este ritual es purificar a los enamorados, eliminando maldiciones, salaciones y cualquier energía negativa que pueda haber en sus vidas. Un elemento central es un guajolote adornado con un moño rojo, siete chiles anchos y dos ajos, que se utiliza durante el baile para representar la purificación.
En Acatlán y otros lugares donde se mantiene esta tradición, se considera de gran valor cultural e identitario. Incluso, se ha presentado el Baile de la Flor en el Atlixcayotontli de la ciudad de Atlixco, Puebla.
Durante el baile, se recitan versos que auguran optimismo y buenos deseos para el matrimonio. Se lleva a cabo antes de entrar a la casa de la novia, luego de la ceremonia religiosa, y es acompañado por la colocación de collares de flores para los novios, padres y padrinos de velación.
La música del baile incluye piezas tradicionales como el palomo y el jarabe, y participan tanto padrinos como abuelitos de los recién casados, lo que lo convierte en una parte importante de la celebración matrimonial.
Para los habitantes de la tercera edad, es esencial mantener viva esta tradición en la Mixteca Poblana. Por ello, el promotor de este baile invita a los jóvenes a preservar esta cultura folclórica y se está planeando un proyecto para enseñar esta danza a las generaciones futuras.
Si desea participar o necesita más información para mantener viva esta tradición, puede comunicarse al teléfono 953-53-70-29-3.
