La columna de Andrea del Pilar Casco Meneses
Es un día común en el taller de pintura en el que se reúnen mujeres a partir de los 65 años. Los minutos no se sienten por la fantástica convivencia.
Adultos mayores disfrutan plenamente de su edad como si fueran niños y niñas, en espacios y grupos destinados para su recreación.
“Bailamos, reímos, cantamos, tome clases de guitarra, cantando y aquí la vida se va muy rápido” fueron palabras de la señora Lourdes de 75 años, hoy en día es la profesora de la clase de baile.
Aseguran que se encuentran en una de las mejores etapas de su vida, existen actividades múltiples como baile libre o danzón, ejercicios que les ayudan a la motricidad, juegan billar, practican carpintería, repostería y muchas acciones más.
Don Rafael me expresó: “Venimos a pasarla bien, a jugar, a bailar, todos la pasamos de lo mejor y salimos contentos todos los días, soy inmensamente feliz estando aquí a mis 75 años”.
En el marco del día del niño, recuerdan lo felices que fueron o bien, la oportunidad que actualmente le brindan a su niño o niña interior de divertirse como nunca, pero con la conciencia de disfrutar de la vida pese a los momentos de adversidad.
“Yo creo que nunca dejamos de ser niños nos volvemos un poquito serios cuando andamos en la cuestión de la carrera e hijos, pero lo travieso no se nos quita nunca” fueron las palabras de Don Manuel, el mayor de mis entrevistados en esta ocasión con 77 años.
Hoy en día hay muchos puntos en los que los adultos mayores pueden reunirse para convivir con sus contemporáneos pasar horas y horas de mucha diversión y felicidad.
Es pasarla bien, disfrutar de la vida y el presente.
¿Nos leemos el siguiente lunes? @Andy_Casco
