Sin embargo, la entrada de esta modalidad de movilidad no ha estado exenta de desafíos. Las ciudades carecen, en muchos casos, de la infraestructura necesaria
Andrea Casco
Las ciudades alrededor del mundo experimentan una constante transformación, y con ello, la manera en que sus habitantes se desplazan también evoluciona. En este contexto, los scooters se han posicionado como una alternativa de movilidad eficiente y práctica.
Hace un año, Raúl adquirió un scooter por un costo de 8 mil pesos y destaca la practicidad que este vehículo representa en su vida cotidiana. La posibilidad de moverse por toda la ciudad en cuestión de minutos se ha convertido en un aspecto fundamental de su movilidad diaria.
Aunque la presencia de scooters en las calles ha generado opiniones diversas, estos vehículos se sitúan entre las motocicletas y las bicicletas en términos de peso y ligereza. Con velocidades que van desde los 20 hasta los 90 kilómetros por hora, son especialmente utilizados para viajes cortos.
Sin embargo, la entrada de esta modalidad de movilidad no ha estado exenta de desafíos. Las ciudades carecen, en muchos casos, de la infraestructura necesaria para garantizar un desplazamiento seguro de los scooters, lo que puede generar conflictos con otros usuarios de la vía, como peatones y conductores.
La micromovilidad, en la que se engloban vehículos ligeros personales como patines, patinetas, bicicletas y monopatines, tanto en sus versiones mecánicas como eléctricas, se consolida como una tendencia en constante crecimiento. La adaptación de las ciudades y la regulación adecuada se presentan como retos esenciales para garantizar una convivencia armoniosa de esta nueva forma de movilidad en entornos urbanos.
