A largo plazo, se prevé que los cultivos de maíz, mijo y sorgo disminuyan debido a las alteraciones climáticas, agotando la capacidad de recuperación de las poblaciones locales.
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El coordinador especial de la ONU para el Desarrollo en el Sahel y la Agencia de la ONU para los Refugiados advirtieron hoy que, si no se invierte urgentemente en la mitigación y adaptación al cambio climático, los países de esa amplia zona del norte de África corren el riesgo de sufrir décadas de conflictos armados y desplazamientos agravados por el aumento de las temperaturas, la escasez de recursos y la inseguridad alimentaria.
Las comunidades del Sahel dependen de la agricultura y el pastoreo, y son muy vulnerables a los efectos del cambio climático. La inseguridad alimentaria está aumentando en toda la región y en algunas zonas está alcanzando niveles de emergencia.
A largo plazo, se prevé que los cultivos de maíz, mijo y sorgo disminuyan debido a las alteraciones climáticas, agotando la capacidad de recuperación de las poblaciones locales.
El asesor especial de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Andrew Harper, destacó que “el aumento de las temperaturas y las condiciones meteorológicas extremas en el Sahel están empeorando los conflictos armados”, e indicó que solamente “un gran impulso en materia de mitigación y adaptación climática puede paliar las consecuencias humanitarias actuales y futuras”.
A pesar de las tendencias negativas, el Sahel se ubica sobre uno de los mayores acuíferos de África y tiene un inmenso potencial de energías renovables, incluida una abundante capacidad de energía solar, y una población joven y dinámica.
