Por teléfono satélite desde la capital de Tonga, el responsable de la oficina de la OMS en el país, Yutora Seotya, dijo que la ONU también está preparada para asistir psicológicamente a la población.
Redacción
En Tonga, la ONU y el Gobierno estudian como entregar ayuda al país, sin llevar el Coronavirus. Las islas son uno de los pocos rincones del mundo donde prácticamente no ha habido contagios.
“El gobierno transmitió un mensaje muy firme de que no permitirán la entrada de COVID-19 en el país. La ONU está totalmente de acuerdo y estamos siguiendo una política de ‘no hacer daño’. La modalidad que se aplicará es ‘entrega sin contacto'”, explicó el portavoz de la agencia de coordinación humanitaria, Jens Laerke. Esas entregas pueden consistir en que los aviones o barcos sean descargados por operarios locales, porque si aterriza personal extranjero tendrán una cuarenta de 21 días.
Las dos cuestiones más críticas son el suministro de agua potable, ya que las fuentes locales se han contaminado, y el restablecimiento de las comunicaciones. Según las evaluaciones, unas 50.000 personas (o la mitad de la población de Tonga) podrían necesitar agua potable.
La falta de internet hace que todavía no haya una evaluación completa de los daños y de la ayuda que será necesaria en los próximos días. Se calcula que unas 12 mil familias que viven de la agricultura han perdido sus cosechas y que gran parte del ganado ha muerto.
La cifra de víctimas mortales se mantiene en tres.
Por teléfono satélite desde la capital de Tonga, el responsable de la oficina de la OMS en el país, Yutora Seotya, dijo que la ONU también está preparada para asistir psicológicamente a la población
“Los daños son devastadores. Mucha gente vio las olas llegar y llevarse sus casas, el impacto psicológico es enorme”, dijo el doctor Seotya, que explicó que el gobierno ya ha enviado personal médico.
